Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Reyes 2, 14-26

14 Y añadió: «Quiero hablarte.» Ella dijo: «Habla.»

15 El dijo: «Sabes bien que la realeza me pertenecía y que todos los
israelitas habían vuelto hacia mí sus rostros para que yo reinara;
pero la
realeza se volvió y fue para mi hermano, pues de Yahveh le ha venido.

16 Ahora quiero pedirte una sola cosa, no me la niegues.» Ella le dijo:

«Habla.»

17 Dijo: «Habla, por favor, al rey Salomón, que no te rechazará, para
que me dé a Abisag la sunamita por mujer.»

18 Betsabé contestó: «Está bien. Hablaré al rey Salomón por ti.»

19 Entró Betsabé donde el rey Salomón para hablarle acerca de
Adonías. Se levantó el rey, fue a su encuentro y se postró ante ella, y se
sentó después en su trono; pusieron un trono para la madre del rey y ella se
sentó a su diestra.

20 Ella dijo: «Tengo que hacerte una pequeña petición, no me la
niegues.» Dijo el rey: «Pide, madre mía, porque no te la negaré.»

21 Ella dijo: «Que se dé Abisag la sunamita por mujer a tu hermano
Adonías.»

22 El rey Salomón respondió a su madre: «¿Por qué pides tú a Abisag
la sunamita para Adonías? Pues ya pide el reino para él, pues es mi
hermano mayor y tiene de su parte al sacerdote Abiatar y a Joab,
hijo de
Sarvia.»

23 Y el rey Salomón juró por Yahveh: «Esto me haga Dios y esto me
añada, si Adonías no ha dicho esta palabra a costa de su vida.

24 Y ahora, por Yahveh que me ha confirmado y me ha hecho sentar
en el trono de David mi padre, y le ha dado una casa como había prometido,
que hoy mismo morirá Adonías.»


25 El rey Salomón encargó de ello a Benaías, hijo de Yehoyadá, que
le hirió y murió.

26 Dijo el rey al sacerdote Abiatar: «Vete a Anatot, a tus tierras,
porque eres reo de muerte, pero no quiero hacerte morir hoy porque
llevaste el arca de mi Señor Yahveh en presencia de mi padre David y te
afligiste con todas las aflicciones de mi padre.»